Te ha pasado que hay pensamientos que vienen una y otra vez, que quieres dejar de pensar y no puedes parar. Estos son llamados pensamientos recurrentes, y muchas veces son pensamientos negativos o limitantes.
Estos pensamientos están basados en creencias que tienes acerca de ti, de alguna persona o situación.
Las creencias son subjetivas y únicas en cada persona, ya que están basadas en tus experiencias, cultura y educación. Por lo tanto, no representa una verdad absoluta, es sólo tu verdad. Que puede, que para otra persona no lo sea.
Tus creencias representan el mapa de tu realidad.
Hoy te quiero compartir unas claves para gestionar esos pensamientos que te limitan.
- Está atenta a tu diálogo interno.
- Identifica específicamente cuál es ese pensamiento que te están limitando.
- Generalmente ese pensamiento limitante está relacionado a una emoción desagradable, identifícala.
- Una vez identificado podrás trabajar conscientemente en ello.
- Buena noticia, esto no tiene porque durar para siempre. Existen muchas técnicas de reprogramación de creencias limitantes.
- La práctica y continuidad es indispensable dentro de cualquier proceso de entrenamiento y aprendizaje.
- La guía de un mentor se hace indispensable cuando de creencias limitantes se trata, ya que te ayudará a identificarlas más fácilmente. Muchas veces sucede que estás tan comprometida emocionalmente en alguna situación, que estás asociadas y esto no te permite darte cuenta e identificar, que es lo qué te esta limitando.
Cuando no sabes, que es lo que no sabes. Es el momento justo para tomar ACCIÓN y trabajar para cambiarlo.
Estos son procesos y llevan su tiempo para transformarlos.
Si quieres saber más acerca de tus creencias limitantes y estás completamente COMPROMETIDA a trabajarlas, puedes solicitar una mentoría gratuita conmigo, pinchando en el siguiente enlace.
Recuerda que estoy al otro lado de tu pantalla, para seguir caminando juntas en bienestar y expansión.
Johana.
2 respuestas
Hola johana, gracias por tan excelentes datos y mentorìa
Gracias a ti Elizabeth! Seguimos…